La sesión del Senado prevista para este jueves se convirtió en un fiasco para el kirchnerismo, que no logró alcanzar el quorum necesario y no formalizó la convocatoria. La sesión, que se había pospuesto para la semana próxima, dejó a la oposición con la oportunidad de ganar terreno.
El kirchnerismo enfrentó un nuevo revés este jueves cuando su intento de sesión en el Senado se estrelló contra la falta de quorum. A pesar de que la convocatoria nunca se formalizó, el bloque intentó sin éxito reunir a los legisladores, dejando en la cuerda floja temas importantes como el financiamiento universitario y un controvertido DNU.
El intento fallido se sumó a una serie de movimientos descoordinados que caracterizaron el actual Congreso. El presidente del bloque kirchnerista, José Mayans, y la vicepresidenta del Senado, Victoria Villarruel, se encontraron con la dificultad de reunir a los senadores necesarios, lo que demuestra la creciente fragmentación y descontento dentro de la Cámara alta.
A pesar de los esfuerzos, la sesión terminó sin mayores avances, y la imagen del kirchnerismo se vio afectada por la gestión errática de la vicepresidenta de la Cámara, Silvia Sapag. Las críticas y la falta de consenso se profundizaron, dejando al Frente de Todos con la necesidad de recomponer su estrategia para la próxima semana.
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