Durante casi dos décadas, el decreto impedía que las FFAA intervinieran en cuestiones de seguridad interna, delegando exclusivamente a las fuerzas policiales y civiles la gestión de emergencias y situaciones críticas. Su eliminación, promovida por el presidente y el ministro de Defensa, apunta a fortalecer el accionar militar para enfrentar desafíos en materia de defensa y orden dentro del territorio nacional.

Según el ministro de Defensa, Luis Petri, esta postura fue parte de una estrategia política deliberada: mirar para otro lado frente al deterioro y debilitar a las Fuerzas Armadas por motivos ideológicos. “Les molestaban”, señaló, apuntando al kirchnerismo por haber ideologizado la defensa nacional y preferido la inacción antes que fortalecer el sistema de defensa. Para el actual Gobierno, esa etapa llegó a su fin.

Con el respaldo del presidente Javier Milei, el Gobierno derogó el Decreto 727 como un gesto claro de cambio de paradigma. “No vinimos a administrar la decadencia, vinimos a defender la Patria”, sostuvo Petri, reafirmando que el nuevo rumbo busca revalorizar a las Fuerzas Armadas, no solo desde lo simbólico, sino con reformas concretas y operativas. La consigna oficial es clara: recuperar la capacidad estratégica de defensa y la dignidad de quienes están listos para proteger a la Nación.

Esta medida se enmarca en una política más amplia que incluye el despliegue en fronteras mediante el Operativo Roca, la modernización del Servicio Militar Voluntario y la inversión en equipamiento, como la compra de F-16. Para el oficialismo, se trata de restaurar el rol de las Fuerzas Armadas en la defensa nacional, sacándolas de una zona de sospecha para ponerlas en el lugar que les corresponde: el de la defensa activa de la soberanía argentina.

Fuente: https://x.com/luispetri/status/1930287822100975710?s=46 

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