La tecnología atraviesa uno de sus momentos más disruptivos a nivel global. La inteligencia artificial, la computación cuántica, las energías renovables y la biotecnología están transformando industrias completas y reconfigurando la economía del siglo XXI. Según el informe Future of Jobs 2023 del Foro Económico Mundial, más del 44% de las habilidades laborales requeridas para 2027 estarán vinculadas a tecnologías emergentes.
Uno de los sectores con mayor impacto es la inteligencia artificial (IA). Desde 2022, el crecimiento de modelos de lenguaje como ChatGPT, Claude y Gemini aceleró la inversión en IA generativa. Solo en 2023, las inversiones globales en esta tecnología superaron los USD 50.000 millones, con gigantes como Microsoft, Google y OpenAI liderando la carrera. La IA ya está presente en sectores tan diversos como salud, educación, finanzas y medios.
Otro campo en rápida expansión es el de las energías limpias. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la inversión mundial en energía solar alcanzó por primera vez los USD 380.000 millones en 2023, superando incluso al gasto en petróleo. El avance en almacenamiento energético y la electrificación del transporte están marcando un cambio estructural en la matriz energética global.
En el plano de las comunicaciones, la implementación del 5G ya alcanza a más de 1.500 millones de personas en el mundo. Esta tecnología está revolucionando sectores como la logística, la medicina remota y el internet de las cosas (IoT). La expectativa para 2030 es que más de 60% del tráfico de datos móviles global se canalice a través de redes 5G o superiores.
La computación cuántica también ha ganado terreno. Empresas como IBM, Google y startups como IonQ han avanzado en la creación de procesadores cuánticos que prometen multiplicar la capacidad de procesamiento exponencialmente. Aunque aún en fase experimental, esta tecnología podría revolucionar campos como la ciberseguridad, la simulación molecular y la inteligencia artificial avanzada.
Pese a los avances, los desafíos éticos y regulatorios crecen. La desinformación potenciada por IA, el uso indebido de datos personales y la brecha digital entre países desarrollados y en desarrollo son parte de una agenda cada vez más urgente. La ONU y la Unión Europea ya impulsan marcos regulatorios globales, mientras el debate sobre la gobernanza tecnológica se intensifica a nivel diplomático.



