El turismo en Argentina atraviesa un 2025 marcado por la recuperación y el crecimiento, consolidándose como uno de los sectores clave para la economía nacional. Según datos del Ministerio de Turismo y Deportes, entre enero y agosto ingresaron al país 5,8 millones de visitantes internacionales, lo que representa un aumento del 14% en comparación con el mismo período de 2024. Este flujo se vio impulsado principalmente por la llegada de turistas provenientes de Brasil, Uruguay, Estados Unidos y Europa, que eligieron destinos argentinos por su diversidad cultural, paisajes naturales y competitividad en precios.
En términos económicos, el sector generó ingresos por más de 5.200 millones de dólares durante los primeros ocho meses del año. Este nivel de divisas lo posiciona como una de las principales fuentes de ingreso por exportaciones de servicios, superando incluso a algunos rubros industriales. El gasto promedio por turista extranjero alcanzó los 890 dólares por estadía, con una tendencia creciente en viajes vinculados a la gastronomía, el turismo de naturaleza y la experiencia cultural.
Los destinos más visitados fueron la Ciudad de Buenos Aires, la Patagonia, Mendoza y el Noroeste argentino. Bariloche y El Calafate registraron tasas de ocupación superiores al 85% en temporada alta, mientras que Salta y Jujuy se consolidaron como polos de turismo cultural y de aventura. La creciente conectividad aérea, con la apertura de nuevas rutas internacionales y vuelos low-cost, ha sido un factor determinante para ampliar la oferta y atraer a más visitantes.
El turismo interno también mostró una dinámica positiva. Según el Observatorio Argentino de Turismo, más de 32 millones de argentinos realizaron viajes dentro del país en lo que va del año, un 9% más que en 2024. Este aumento estuvo vinculado a programas de incentivo como el PreViaje, así como a la mejora en la infraestructura hotelera y vial en provincias con alto potencial turístico. El gasto interno contribuyó a dinamizar economías regionales y generar empleo en pequeñas y medianas empresas del sector.
Si bien el balance es favorable, persisten desafíos importantes. Entre ellos se destacan la necesidad de fortalecer la capacitación laboral, garantizar la sustentabilidad de los destinos y mejorar la seguridad en zonas de alta afluencia turística. Además, factores externos como la volatilidad económica global y el tipo de cambio pueden impactar en la competitividad del país frente a otros destinos de la región, como Brasil, Chile y Perú.
Las proyecciones para el cierre de 2025 son optimistas: el Ministerio de Turismo estima que Argentina podría superar los 8,5 millones de turistas internacionales y alcanzar un récord histórico en generación de divisas por viajes y turismo. Para lograrlo, será clave consolidar estrategias de promoción internacional, invertir en infraestructura y fomentar un turismo sostenible que combine crecimiento económico con la preservación del patrimonio natural y cultural del país.



